- LEYENDA DEL CERRO CAMPANA
Este cerro se encuentra ubicado en la parte Norte de la ciudad de San Ignacio. Su forma es muy atractiva y en la inmensa cantidad de rocas de su parte superior existe una figura con la apariencia de una mujer majestuosa sentada sobre el sillón. De la base de ésta roca fluye un riachuelo de agua clarísima que nunca se ensucia y en cuya ribera crecen flores de pétalos brillantes; se cuenta que en sus aguas se ve a veces nadar una patita de oro que quienes quieren cogerla sufren la pérdida de la razón.
Los pobladores cuentan que en tiempos inmemorables, existía en el Cerro Campana una hermosa ciudad cuyos habitantes se enemistaron con el jefe de otra tribu, cierto día se levantaron todos ellos contra la tribu enemiga
El jefe de ésta tribu estaba herido y en su amor propio, viajo a la cierra, donde contrató un brujo, con el que hizo encantar a todos sus atacantes y al mismo cerro, que quedó convertido en laguna mientras sus habitantes fueron transformados en rocas.
La gente que caminaba al caserío Huangari cuentan que, al pasar por el cerro campana en día jueves o viernes Santo, escuchan el tañido de una campana el canto de gallos y, de vez en cuando las melodías de una banda de músicos.
Se cuenta también que a veces se ve un toro atado a una soga de oro, cuerda que es una señal de desafío al cerro Picorana que queda al otro lado del río Chinchipe.
Cuentan los pobladores que unos años atrás todas las noches salía un señor en su caballo con su bebito en brazos y que paseaba por las calles de San Ignacio. Cuentan también de que quien lo veía se alocaba. Una noche un policía que estaba de turno salió a mirar si es que algo pasaba, cuando de pronto se escuchó a un caballo que venía galopando, el policía empezó a gritar por que un bebito lloraba, de pronto el señor tiró el bebito y desapareció por encanto, de pronto vino otro policía a ver lo que pasaba, cuando se dio con la sorpresa de que su colega estaba desmayado, se acercó y vio a un bebito tirado el cual tenía cachos y hablaba; dicen que ese policía se alocó y que después de un tiempo recobró el conocimiento. En la actualidad cuentan que sale pero solo cuando toca viernes 13 y en horas de la mañana porque también tienen la costumbre de decir que es una hora mala.
Es un cerro de San Ignacio de los primeros antepasados en el cual se encierran muchas historias, los hombres de hoy desconocemos el propio origen, desde el que fue su antepasado, su historia nos dice que era muy extensa que abarcaba casi toda la parte sur de San Ignacio. Mi abuelo cuenta que en una época por el sitio de Pacaypite se les apareció una vaca, el señor salió en busca hasta llegar a la cima, la encontró a orillas de una laguna enorme que hasta la fecha de hoy existe, dicho señor salió acompañado de un perro y cada vez que pasaba a llevar la vaca, se encontraba nuevamente con la laguna, así estuvo por un lapso de 24 horas hasta que por fin pudo salir, se supone que al no haber sido por el perro el señor se hubiese alocado. En otra época un señor llamado Miguel Alberca de sólo 10 años de edad, salió a ver su parcela llegando hasta la cima del cerro donde había una vertiente de agua que nacía desde la mitad de una roca, entonces el señor al cruzar el agua tubo miedo y decidió regresar pero al hacerlo se encontró con la sorpresa que no pudo y se quedó por un lapso de 2 días hasta que en el Caserío San Pedro de Calabozo se dieron cuenta de su ausencia del señor, fue entonces que decidieron formar una comitiva y salir en busca de su rescate, estos caminaron por muchas horas dentro de la montaña hasta que por fin por intermedio de perros rastreros encontraron al señor con su hijo agotados y desfallecidos sin acción de nada quienes les ofrecieron una taza de café térmico para que se recuperen y poder llegar al caserío.
En el Cerro Chinchiquilla existen muchas variedades de madera como son el cedrillo, cedro fino, romerillo, guayabilla, etc. Los que a través de la explotación del hombre se van destruyendo y el lugar va dejando de ser patrimonio cultural.
En un pueblo muy lejano del Distrito de Huarango hay una laguna cristalina. En el fondo de la laguna vive un pescado de 7 colores y una serpiente de oro. Un día un anciano muy pobre se fue a la laguna para pedirle que lo ayuden, entonces salió el pescadito de 7 colores y lo convirtió al anciano en un lindo pajarito de color azul, cierto día un campesino lo vio y con su escopeta lo hirió y al instante la serpiente lo vio y lo enredó al campesino convirtiéndolo en estatua, la culebra lo llevó al pajarito azul al fondo del agua, el agua de la laguna se pintó de azul, por la sangre derramada del pajarito, por eso se le llama Laguna Azul.
Cuentan Los pobladores de Huaquillas que el cerro Huaquillas está encantado, donde existe una mina de rocas bañadas de oro, betas de oro las cuales guían hasta donde se encuentra un toro de oro . Dicen los pobladores que hace unos años atrás llegó una compañía alemana a explotar dicha mina.
Ellos quisieron explotar el cerro pero no pudieron porque los trabajadores siguieron las betas de oro sin darse cuenta que llagaron hasta el toro de oro, lo amarraron con una soga, pero de pronto el toro bramó y se encantaron, jamás volvieron a salir, Cuentan que el Viernes Santo se escucha gritos cuando el toro de oro sale a comer hierba.
Actualmente hay una empresa de Canadá que estudia esta mina, pero también no empiezan a trabajar por miedo que les suceda lo mismo.
Cerca del barrio Alto Loyola hace unos años atrás cuentan que siempre en una casa lloraba un bebito de manera incontrolable y siempre se perdían las cosas de los vecinos todos los días, hasta que decidieron ir a ver que pasaba porque creían que quizás era un bebito abandonado, pero se dieron con la sorpresa que no había nada y empezaron a tirar piedras y palos diciendo que era la chununa, avisaron al sacerdote de la parroquia de San Ignacio para que fuera al lugar de los hechos. Ellos rechazaban el rosario y la chununa contestaba al revés, luego bendijeron la casa y siempre en Semana Santa se escucha bulla y ruido.
Hace mucho tiempo habían dos tribus gobernadas por dos hermanos, dicen que el hermano más bondadoso prepara un viaje y se marchó a Huancabamba , el otro hermano al ver que su tribu no podía salir adelante tenía envidia de su hermano que estaba marchando bien y a raíz de esto preparó un plan malo contra la tribu de su hermano y lanzó un hechizo que hizo que la tribu se volviera piedra , luego un hechizo cayó sobre su tribu y se convirtió en un inmenso cerro y dicen que allí hay una piedra que tiene la forma de una mujer cargando a su hijo por donde hoy se denomina caserío Huangari.
A partir de 1777 aparece en títulos y documentos coloniales, el pueblo y tierras de San Juan de Chicuate como pertenecientes desde tiempos inmemoriales a la parcialidad de Segunda y Forastero, (Huancabamba) según testimonio de los caciques de indios don Tomás de Palacios y don Francisco Labán, quienes pleitearon por ella ante la autoridad virreinal, contra el Licenciado don Juan de Ubillus y Barco, que movido a generosidad y por ahorrarle costos judiciales, cedió a estos caciques las tierras de Chicuate, que comprendía la cordillera de Chicuate por el sur hasta el Cerro Collona en el límite con Tabaconas abarcando lo que hoy se conoce como el cerro de las Chinguelas, a ambos lados del camino real del Carmen de la Frontera a Sapalache el río Samaniego, el río Blanco, por donde actualmente se encuentra la minera Majaz, quebradas de los Rosarios, quebradas de las Amatistas, colindando con Chimara, por el este el cerro del Horcón y la quebrada de Gramalotal.
Estos parajes solitarios por mucho tiempo, hoy algo poblados, guardan la leyenda de San Juan de Chicuate. Narra que en el siglo XIX vivían en el caserío de Cajas dos “sordo mudos” que continuamente traían apreciables cantidades de oro y contaban que lo traían del sitio en donde estaba encantado el antiguo y riquísimo pueblo de Chicuate, allí existía una gran laguna cuyas vertientes arrastraban pepitas de oro. La codicia y la envidia, movieron a muchos seguir ocultamente a los sordos mudos para descubrir tan extraordinario tesoro, pero fue en vano, porque sólo consiguieron ir tras ellos hasta las puertas de mógica, formadas por dos peñas que casi se juntan en forma de arco, desde ahí empezaba la senda que conducía a la aurífera laguna y lugar en donde estaba encantado el pueblo de Chicuate, pero de una manera misteriosa los sordos mudos desaparecían envueltos en la espesa neblina, los mudos habían heredado el secreto de sus abuelos que conocieron a una pastora que había escapado de quedar encantada por estar pastando sus ganados al momento en que se produjo el encantamiento de Chicuate. La pastora contaba que en los primeros años de la conquista española, Chicuate fue un pueblo precolombino, fue muy grande, muy adelantado y primoroso. Construido por los incas y en el cual se establecieron los españoles, En el templo, en los edificios públicos, en las casas resplandecía el oro que abundaba por doquiera, vasos, vajillas artefactos eran de oro, los chicuateros vivían en la opulencia, a tal punto que se olvidaron de Dios y se dedicaron a una corrupción como Sodoma y Gomorra pero llegaron los años que precedieron al encantamiento, raras cosas se vieron, los domingos amanecían montones de tierra, en el templo, en los edificios y en las casas y cuanto más se barría más tierra volvía a amontonarse. Los chicuateros presintiendo un castigo del cielo, acudieron al glorioso patrón San Pedro, pidiéndole su intersección ante el Maestro Divino, su venerada imagen comenzó a recorrer los campos en procesión, pero ya era tarde, decretado estaba el encantamiento del pueblo de Chicuate. Un viernes a media noche se oyeron ruidos profundos bajo tierra, corrieron vientos tempestuosos, se escucharon lúgubres tañidos de campanas y luego un terremoto se tragó al pueblo y vomitó en su lugar una laguna inmensa, desde entonces los viernes, en horas de medianoche, hóyense repiques de campanas, se ven emerger del fondo de la laguna toros bravos que tienen los cuernos revestidos de achupallas, y cuando algún mortal quiere acercase por esos parajes todo desparece envuelto en espesa neblina. Nota curiosa en la Iglesia Matriz de Huancabamba se veneran dos imágenes “San Pedro Chicuatero y la Virgen de Lourdes Chicuatera, que según la tradición se salvaron del encantamiento porque estaban recorriendo las comunidades.
Pero parece que el genio que mantienen encantado Chicuate algunas veces se muestra generoso con algunas almas que se extravían por estas misteriosas soledades, un campesino de Sapalache buscando su toro que se le había extraviado se interna en Chicuate, a lo lejos en una loma divisa a su toro, se acerca al lugar.¡ Vaya broma!, en el mismísimo lugar, en vez de su toro estaba una planta de la misha warwar o misha toro para los hombres del ande, “vaya con esta plantita, como me toma el pelo y dicen que es buena seguidora, veamos si es cierto” exclama y cogiendo la hoja la mastica como chacchando coca, y la virtud de la hierba hace su efecto, se interna en Chicuate, la ciudad encantada, se encuentra con el guardián del lugar quien le dice “Yo soy el guardián de este lugar tu toro está acá, pero no puedes llevarlo, regresa por donde has venido, pero para que no regreses vacío, lleva estos choclos de maíz” el campesino con su alforja llena de maíz emprende el regreso, pero como le pesaba mucho la alforja, arroja casi todas las mazorcas por el camino y sólo llega con dos a su casa. Le dice a su mujer “No pude encontrar el toro, sólo he traído estos dos mazorcas de maíz, dame de comer estoy de hambre”. La mujer sin saber que estaba mishado, le prepara un guiso, (que según los brujos es un veneno para el hombre mishado, a quien tienen primero que cortarle el efecto de la hierba con flores blancas, maíz blanco, azúcar blanca y limas) que al comerlo el campesino cae muerto, cuando la mujer repara la alforja se da cuenta que son mazorcas de oro.
Otro campesino del Distrito de Sapalache – Huancabamba, también aseguraba haber llegado a la ciudad encantada de Chicuate, en circunstancias que había asistido a una mesada en una de las varias lagunas misteriosas de las Huaringas, Este campesino después de quedar desahuciado de la ciencia médica acudió a un maestro curandero y una noche, en una de estas misteriosas y exóticas lagunas, en la mesa del curandero habían muchos pacientes, este brujo le dio a beber un brebaje que lo puso a dormir, pero su mula no la había desensillado y la tenía sujetada de la soga, que había amarrado en la cintura, también estaba acompañado de su perro, el brebaje del brujo que a todas luces resultó ser un enemigo del campesino, ya que lo había puesto a dormir en ese paraje solitario de la laguna, cuando despertó, se dio cuenta que estaba sólo, lo habían abandonado, entonces ya salido el sol por la mañana, emprendió el retorno, pero, cuantas veces intentó salir de ese lugar, siempre retornaba al mismo punto de partida como si estuviera viajando en circulo, entró en razón que se había desorientado y no daba con el camino real. Así que, viendo unas montañas altas se dirigió a ellas con la esperanza de que las alturas le permitieran orientarse mejor. Así lo hizo, y llegando a la cima, se encontró en unas mesetas, a lo lejos vio una pastora con su rebaño de ovejas y así que picó espuelas a su mula para alcanzarla, pero cuando se acercaba a este rebaño, lo veía más lejos, lo cual lo obligaba a exigirle a la mula a cabalgar más de prisa, hasta que por fin logró alcanzar al rebaño de ovejas y a la pastora, a quien luego de saludarla le contó todo lo que le había sucedido y le pidió que le ayudara a encontrar el camino real a Sapalache. La pastora se ofreció a ayudarle pero le dijo que tenía que ir a su casa, y que ahí le daría posada. La casa de la pastora estaba en una peña junto a unas ruinas como de un pueblo gentil, era unas habitaciones como de piedra. La pastora lo presentó a su mamá, quien gustosa lo atendió y ahí estuvo dos días, la madre de la joven, le pidió que se escondiese para que no lo vean los animales que ella iba a citar con un sonido gutural que exclamó y a su señal, el patio de aquella casa se llena de ganado cimarrón, hermosos toros, ovejas, llenos de achupallas, que llenaban un inmenso corral. El campesino y la joven se fueron enamorando, y contaban con la aprobación de la madre, un domingo lo invitaron a ir a la misa, le proporcionaron un traje de gala, para poder estar arreglado conforme a la costumbre del lugar, para asistir al culto y toda la gente de la ciudad de Chicuate se asombraban de ver a la joven y a su guapo novio, en el templo. El párroco, puesto al corriente por la madre del deseo de los jóvenes de casarse también estuvo de acuerdo para celebrar el matrimonio, pero el joven campesino pidió primero que lo dejen regresar visitar a sus padres, la Madre de la Joven le dijo que no había problema pues Sapalache a lo mucho estarían a cuatro horas de viaje, y le obsequiaron una pareja de novillos y le dijo que entrara aun cuarto y que recoja el dinero que quiera. Llenó su alforja con moneda de oro y plata, se despidió de su futura suegra y acompañada por la joven que era muy hermosa; esta lo acompañó hasta el camino real que desciende de las Chinguelas a Sapalache. Antes de despedirse la joven le dijo: “Este es el camino real, de aquí ya tu conoces como llegar a tu pueblo, hasta una semana te estaré esperando, y aquí pongo esta rama, si vienes y no me encuentras esta rama te mostrará el camino hasta mi casa” con ese acuerdo se despidieron los jóvenes y el campesino llego a su casa. Les ocultó a sus padres la verdad de lo sucedido sobre los novillos muy hermosos que le encantaron a su amigo y vecino, inventando una historia, les dijo que los había comprado en la Provincia (San Ignacio) y que en una semana se iba a regresar. Ya sea por que la providencia estableció para que no sea encantado, el amigo no se quiso desprender de él y cuando partió lo siguió con el deseo de conocer esa buena ganadería, donde quería también comprar de eso hermosos novillos, lo siguió hasta el lugar donde la joven lo dejó, buscó la señal de ramas que había quedado pero ya no pudo dar, ya sea por la presencia del acompañante la joven pastora ya no apareció y se regresó a su casa, conformándose con el par de toros, y las monedas de oro y plata que le obsequiaron.
¿Qué es Chicuate en sí?,es algo misterioso, seguro, tan misterioso como el triangulo de las Bermudas, la puerta de entrada a una dimensión desconocida, algo como la entrada a las ciudades secretas del mundo mágico de Harry Potter.
Los viajeros que transitan del Carmen de la Frontera a Sapalache, bordeando el cerro de las Chinguelas, en el silencio de la soledad del paisaje creen oír, balidos de vacas, ladridos de perros, murmullos de conversaciones, canto de gallos en las soledades del páramo y concluyen “es Chicuate la ciudad encantada”
Esta leyenda de Chicuate es la que ha permitido mantener deshabitada la Cordillera de las Chinguelas, hasta el límite de la línea de frontera con el Ecuador, en el cerro Pan de Azúcar, para los campesinos es una zona prohibida, misteriosa, encantada, en la cual no se atreven a explorar menos a vivir. Hoy por hoy los únicos valientes que se ha establecido en un extremo de Chicuate son los mineros de Majaz, que según dicen, tienen proyectada construir una carretera desde su campamento hasta Sapalache, atravesando Chicuate, se comienza a entretejer una nueva leyenda ya no del oro de Chicuate sino la del cobre del Cerro pan de Azucar? ¿Majaz librará del encantamiento a Chicuate? y nos quedan otras preguntas, si en toda leyenda hay algo de verdad y fantasía, ¿habrá restos arqueológicos en el misterioso Chicuate? ¿quien llegará primero la minería o la arqueología?. Se rumorea que los ingleses ya habrían encontrado Chicuate y sus tesoros tan legendarios como el fabuloso y legendario “Dorado” .
Escribe: Demóstenes Olano García
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Fuente: "Centro de información de frontera", Municipalidad Ecológica Provincial de San Ignacio.
Bellas publicaciones amigo, ayudan mucho en la comprensión de nuestra cultura. Gracias y adelante.
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